Las predicciones se han confirmado y, aunque no era mi favorita, la película de Kathryn Bigelow, En tierra hostil, ha sido seleccionada como mejor película, mejor guión y mejor dirección del año, entre otras estatuillas. Avatar, la otra líder de las apuestas, se ha tenido que conformar con algunas de las categorías técnicas y Malditos bastardos se queda con la victoria de Christoph Waltz en la de mejor actor de reparto. Por su parte, Precious se lleva el mejor guión adaptado y mejor actriz de reparto (Mo'Nique).
Si el espectador quiere saber cuál es el día a día de los soldados americanos destinados en Iraq, En tierra hostil es la oportunidad perfecta para sentir en el cuerpo la angustia y la inseguridad que deben sentir ellos. Mark Boal ha escrito un guión en realidad sencillo en cuanto a la acción, pero complejo en cuanto a la profundidad de los personajes. La película muestra a un grupo de soldados americanos que tienen como misión desactivar bombas y evitar así atentados en Iraq.
En tierra hostil es una película sobre la guerra pero sin la desmesura del cine bélico; es decir, no hay grandes escenas de sangre ni un amplio despliegue de efectos especiales. Tanto es así, que incluso se podrían contar las balas que se disparan en las dos horas que dura el filme. Por ésta y por otras muchas razones, En tierra hostil se impone como una película diferente y necesaria dentro del género bélico.
Kathryn Bigelow, que ha ganado también el Oscar a la mejor dirección, demuestra así su capacidad para adaptar un guión contenido en una película capaz de transmitir al espectador el interior de una guerra y de unos soldados en constante peligro.
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