sábado, 7 de noviembre de 2009

Entrevista con Hernán Casciari

“Los tres libros que he escrito han partido de los textos de mi blog. La novedad es que esta vez, con El pibe que arruinaba las fotos, he preferido unirlos en una novela en vez de en un libro de relatos. Hace unos siete meses buscaba un correo viejo en mi mail y me aparecieron chats que yo había compartido con mi padre. No tenía ni idea de que estas conversaciones se almacenaban y al verlas, empecé a releerlas. Hablábamos todas las noches, sobre todo de fútbol, pero otra cosa de las que hablábamos era de los cuentos de mi blog donde él aparecía como personaje. A él le encantaba aparecer. Entonces, volví a leer esos textos y me di cuenta que tenían un orden que podían desembocar en una novela. Ahí surgió la idea”.

Así responde el argentino Hernán Casciari a la pregunta de cómo le surgió la idea de crear una novela uniendo los textos de su blog, Orsai.es. Casciari es un tipo con las ideas claras que prefiere tener lectores antes que vender libros, por esa razón ofrece también la posibilidad de descargarse sus obras a través de internet. El pibe que arruinaba las fotos (Plaza & Janés) es su tercer libro, pero el primero en forma de novela.

Manel Haro. Barcelona

¿Le ha resultado más difícil unir los textos en una novela en vez de en un libro de relatos?

Mi padre ya murió y eso hizo que tuviese que cambiar los tiempos verbales: es por era. No fue traumático, pero se me empezaron a caer algunas fichas al no tener padre. La novela nace desde ese lugar, cuando la leí, me pareció que estaba bien haberlo hecho para mí. Fue acabar una historia con mi padre, quien siempre me resultó muy gratificante. Tuvo su parte de terapia.

En la novela, su padre muere porque lo atropella el taxi que le lleva a usted…

Sí, esa es una de las partes ficticias. Mi padre murió jugando al tenis. El texto en cuestión lo escribí cuatro meses antes de la muerte de mi padre. Empezaba con la frase “cuando vivís a 12.000 quilómetros, tarde o temprano va a sonar un teléfono inoportuno”. Sabes que es así. Cuatro meses después sonó ese teléfono. Es decir, la forma en que muere mi padre es ficción, pero lo demás es real.

Es dramático…

Con mi anterior libro fui a presentarlo a Argentina. Estaba llenísimo, pero faltaba mi padre. No pude disfrutarlo. Por eso, la novela me ayuda a cerrar la historia.

No extraña entonces que en este libro haya menos humor que en el anterior…

Las soluciones humorísticas sí son diferentes. En España, perdiste, el personaje era alguien prepotente con problemas de adaptación. Aquí hablo de otra cosa. Pero también hay muchas similitudes con la anterior obra, algunos personajes repiten.

¿Tiene más éxito en Argentina que en España?

Parecido. Lo que ocurre en España es que quienes me conocen creen que soy crítico de televisión, lo cual provoca mucha risa en Argentina. Aquí me emparentan también con la relación tecnológica, pero en cuanto a venta de libros es muy similar. El blog que escribo es seguido también en ambos lados.

¿Cuántos lectores siguen su blog?

Eso es relativo, porque si entras en Google a buscar algo y te confundes, puedes llegar a un blog. Lo importante es el promedio de tiempo en que un lector se queda en un blog. La media son 45 segundos y en Orsai son 8 minutos y 50 segundos. Eso es muchísimo, es el número que me interesa. Estoy contento con ese tiempo. Luego sabes que entra muchísima gente, pero en el fondo no sabes para qué es. Pero el tiempo sí es importante, porque 8 minutos y 50 segundos son la lectura de dos textos enteros.

Sus libros pueden comprarse o descargarse desde su blog. ¿Le consta cuánta gente se los descarga?

El primer día de El pibe que arruinaba las fotos fueron 6.000. Está bien porque permite a lectores de países de Latinoamérica donde no se vende el libro que puedan leerlo.

¿A sus editores no les da un pasmo?

No (ríe). Yo siempre confío en que el lector lea las primeras páginas desde el ordenador y luego el dolor de espalda o de ojos le haga comprarlo. Pero si ha sido capaz de seguir leyendo a pesar de los dolores, pues también está bien. Pero además, tengo lectores en Cuba y otros países donde comprar el libro y pagar los transportes desde el extranjero es casi un sueldo. Y me parece injusto darles la espalda de esa manera.

Lo tiene todo estudiado…

Además pienso en el marketing. Porque da pie a que una persona que lo ha leído en el ordenador pueda regalarlo a otra que no es asidua a los blogs. En Argentina y en España, por ejemplo, es normal comprar dos libros, uno para quien lo compra y otro para regalar.

¿En España también?

Sí, claro. De todos modos, yo sigo confiando en el dolor de espalda (ríe).

¿Pero cómo consiguió convencer a sus editores de que le dejaran colgar sus libros en internet de forma gratuita?

Les hablé del marketing y, aunque me costó al principio, funcionó. Los derechos digitales son míos, no de la editorial, y con eso puedo hacer lo que quiera. Ahora el problema no es tanto con la editorial, sino con mi agente. Ahora llega los e-book y eso genera diferencia de opiniones.

¿Cómo ve la llegada del e-book?

Lo estoy estudiando para que el e-book sea más flexible que el simple PDF. Estoy estudiando enlaces, hipertextos y me emociona. Pero los intermediarios no se entusiasman como yo o los lectores. Que el libro se convierta en un intangible, como ocurrió con la música, no es algo que les haga estar tranquilos precisamente. Pero yo estoy entusiasmado con los posibles recursos técnicos y estéticos y espero que cuando mi libro esté en un aparato sea precioso y ofrezca muchas posibilidades.

Apuesta fuerte por lo digital…

Sí, mi próximo libro de relatos será mejor en e-book que en papel.

¿Eso reducirá las ventas del libro en papel?

No creo que nadie regale a un amigo un libro en versión electrónica, siempre lo hará en papel. Un libro tiene un olor, un peso, un significado. Es un objeto trascendente, por lo tanto está a salvo. Pero las ventas no me preocupan, eso es asunto de las editoriales. A mí me importa que la mayoría de gente lea lo que escribo. Me encanta que se conmuevan y se rían.

¡Lo tiene claro!

Yo descargo música. Sería hipócrita entonces si me quejara como creador de que las ventas bajasen por las descargas. Lo que me interesa es que la gente acceda a mis textos.

¿Cree que los lectores que ven su libro en tiendas luego se vuelven fieles a su blog y, a la vez, eso le asegura una cuota de lectores que volverán a comprar los libros sucesivos?

No me cabe la menor duda. La multiplataforma funciona. En Argentina se ha estrenado la obra de teatro de mi primer libro, Más respeto, que soy tu madre, que está siendo un éxito y eso ha hecho que mucho público buscase mi blog. Algunos espectadores luego me escriben para comentarme qué les ha parecido la obra y ya se quedan en mi página.

¿Qué ocurrirá cuando el director Juan José Campanella dirija la versión cinematográfica de esta obra?

Las cosas están saliendo bien (suspira). Campanella tiene mucha convocatoria, él es muy bueno, está generando grandes críticas con su última película, El secreto de sus ojos. Las cosas salen bien de casualidad desde que en 2003 empecé a escribir un pequeño blog. En Francia también se va a hacer la obra de teatro y en abril llegará a España. Pero también en México, Portugal, Brasil…

¿Cuántos espectadores han pasado por Argentina?

Más de 200.000 espectadores. Allí hay mucha costumbre de teatro. Es normal ver colas a las seis de la mañana para conseguir una entrada. Eso no pasará en España.



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