Estos días me he dejado llevar por el aburrimiento y he visto Ahora los padres son ellos, la tercera entrega de la serie de comedias protagonizadas por Ben Stiller y Robert de Niro y que empezó en 2000 con Los padres de ella. En líneas generales, la película es igual de floja que la anterior, Los padres de él: típica comedia sin gracia que uno ve porque no tiene nada mejor que hacer en ese momento.
Las situaciones son más o menos las mismas de siempre: el personaje que interpreta De Niro, el suegro obsesionado con controlarlo todo, sospecha que su yerno (Stiller) no es el mejor partido para su hija, así que empieza a investigarlo. Teóricamente, los malentendidos entre ambos hacen que haya escenas de humor, pero salvo una en concreto, no he encontrado nada que me haya hecho reír. El guión es soso, sin gracia, y la película es como exprimir una naranja ya exprimida.
Los personajes que interpretan Barbra Streisand y Dustin Hoffman (los padres de él) no tienen ningún tipo de gracia tampoco, ni en la anterior película ni en esta. De hecho, Hoffman no iba a salir en Ahora los padres son ellos porque no estaba de acuerdo con lo que cobraría, así que rodaron la película sin él. Finalmente, se decidió a firmar el contrato y al participar en el filme, por lo que para no cambiar todo el guión, hubo que mandar al personaje a tomar clases de flamenco a España, rodar unas pocas escenas más y volver a montarla la película. Por cierto, que en esta ocasión Harvey Keitel tiene un pequeño papel muy secundario (un cameo más bien) muy desaprovechado.
De cualquier modo, supongo que nadie va al cine a ver Ahora los padres son ellos esperando encontrar una gran película, pero personalmente hace tanto tiempo que no veo una comedia americana que me haga reir de verdad. El propio Stiller tuvo su momento dorado con Algo pasa con Mary y Los padres de ella, pero desde entonces, cada filme en el que participa es un poco peor que el anterior.
Las situaciones son más o menos las mismas de siempre: el personaje que interpreta De Niro, el suegro obsesionado con controlarlo todo, sospecha que su yerno (Stiller) no es el mejor partido para su hija, así que empieza a investigarlo. Teóricamente, los malentendidos entre ambos hacen que haya escenas de humor, pero salvo una en concreto, no he encontrado nada que me haya hecho reír. El guión es soso, sin gracia, y la película es como exprimir una naranja ya exprimida.
Los personajes que interpretan Barbra Streisand y Dustin Hoffman (los padres de él) no tienen ningún tipo de gracia tampoco, ni en la anterior película ni en esta. De hecho, Hoffman no iba a salir en Ahora los padres son ellos porque no estaba de acuerdo con lo que cobraría, así que rodaron la película sin él. Finalmente, se decidió a firmar el contrato y al participar en el filme, por lo que para no cambiar todo el guión, hubo que mandar al personaje a tomar clases de flamenco a España, rodar unas pocas escenas más y volver a montarla la película. Por cierto, que en esta ocasión Harvey Keitel tiene un pequeño papel muy secundario (un cameo más bien) muy desaprovechado.
De cualquier modo, supongo que nadie va al cine a ver Ahora los padres son ellos esperando encontrar una gran película, pero personalmente hace tanto tiempo que no veo una comedia americana que me haga reir de verdad. El propio Stiller tuvo su momento dorado con Algo pasa con Mary y Los padres de ella, pero desde entonces, cada filme en el que participa es un poco peor que el anterior.
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