Siempre es buena noticia saber que escritores a los que has seguido desde hace cierto tiempo van dando pasos de gigante hacia el estrellato literario. Estos días se han producido dos hechos importantes. Uno es la publicación de la nueva novela de Eloy M. Cebrián, Los fantasmas de Edimburgo, por la editorial El tercer nombre. Esta autor albaceteño ha publicado ya varias novelas en distintas editoriales, con suerte dispar. Su anterior obra El fotógrafo que hacía belenes merece, sin lugar a dudas, un sitio privilegiado en cualquier biblioteca por demostrar que para escribir un gran libro no hace falta ser archiconocido. Desgraciadamente en este país vende más un nombre que una novela, por lo que siempre será más éxito de ventas un bodrio de Dan Brown que una genialidad de un autor prácticamente anónimo. Por esa razón, felicito anticipadamente a Eloy M. Cebrián su cercano y esperanzador éxito literario.
Otro ejemplo de escritor amigo que tiene la fortuna de conseguir hacerse un hueco en el panorama literario actual es Mario Escobar, autor de El mesías ario, que consiguió triunfar con Conspiración Maine, logrando el segundo puesto en el concurso Libro del Verano organizado por Casa del Libro. Con El mesías ario ha confirmado su potencial como escritor capaz de integrar una trama retorcida e imprevisible dentro de un marco histórico riguroso y documentado. Por esa razón, hoy puedo anunciar que Mario Escobar ha vendido los derechos de esta novela a una importante editorial portuguesa, que traducirá y publicará el libro en breve. Su andadura internacional no es un simple eslabón, sino más bien una escalera automática en pleno rendimiento. Al portugués se unirán otras lenguas, dado que diversas editoriales de diferentes países ya han mostrado su interés por este éxito de ventas en nuestro país.
Por esa razón, os felicito a los dos y os deseo que continuéis trabajando para seguir demostrando lo que sois capaces de hacer con un ordenador en frente y una mente imaginativa, ambiciosa y privilegiada.
Aquí, un amigo.
Manel Haro.
2 comentarios:
Cuando un autor vale, vale y punto. Las editoriales a veces no se enteran (ya me dijo en cierta ocasión un escritor que ellas van sobre seguro, publicando a quienes saben que venden por el nombre) y otras se arriesgan, pero nos corresponde a los lectores hacerles ver que sólo los que valen permanecen no por su nombre, si no por sus trabajos.
Hacia el éxito, chicos. Mi cariño para vosotros.
Se agradecen los ánimos, amigo Manel. Ayer se celebró la presentación de Los fantasmas en mi ciudad, y todavía estoy bajo los efectos de la resaca (no del alcohol, aunque también corrió lo suyo, sino de la alegría de ver a tantos amigos). Ahora sólo queda esperar el milagro. Si no has recibido el libro ya, estarás a punto de hacerlo. Espero que te guste, al menos, tanto como el anterior. Un abrazo y gracias de nuevo.
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