José Enrique March es el director de la recién estrenada película Escuchando a Gabriel. Es el primer largometraje que se estrena en pantallas, aunque anteriormente ya trabajó en una película experimental, La estancia, junto con su inseparable Maxi Valero.
Como ya sabéis, la película está protagonizada por Javier Ríos, además de estar en el reparto Silvia Abascal y Antonio Dechent.
Después del preestreno y tras hablar con el guionista, entrevistamos a José Enrique March: el director.
Como ya sabéis, la película está protagonizada por Javier Ríos, además de estar en el reparto Silvia Abascal y Antonio Dechent.
Después del preestreno y tras hablar con el guionista, entrevistamos a José Enrique March: el director.
ENTREVISTA
_____________________________________________
Manel Haro: ¿Cómo se gesta este proyecto?
José Enrique March: Nosotros tenemos una productora, que se llama Somnia Ars, y que la formamos tres personas, Natalie Martínez (productora), Maxi Valero (guionista) y yo. Los tres habíamos trabajados en otros proyectos anteriores y nos conocíamos mucho. Maxi tenía una idea para un guión y a partir de una primera versión, lo pone en común con nosotros y a partir de las siguientes versiones, trabajamos los tres perfilando cosas. A medida que íbamos hablando, Maxi Valero perfilaba la historia hasta quedar definida. Cuando ya teníamos esa versión, comenzamos la fase de financiación por nuestra propia productora y luego buscando coproducciones. Este proyecto salió relativamente rápido, porque desde la primera versión hasta que llegamos a rodar pasaron dos años y hasta estrenar otro año más, que es el tránsito normal de una película. Así que estamos muy contentos de estrenar Escuchando a Gabriel.
M.H.: ¿El resultado final de la película era el que os habías planteado al principio?
J.E.M.: Sí, nos planteamos ese resultado, porque queríamos hacer una película muy potente a nivel visual, con una música que estuviese a la altura, que los actores tuviesen todo lo que requerían los personajes… Sobre todo, queríamos hacer una película distinta, salirnos, en cierto modo, de los géneros habituales en España y ofrecer cosas nuevas. Es un drama romántico que está al límite de muchas cosas e intenta bordear el lado de la ternura hasta un nivel máximo, pero sabiendo que estamos en un género melodrama puro y duro.
Carola Pérez-Badua.: ¿Cómo fue el trabajo con los actores? ¿Hubo que darles muchas pautas?
J.E.M.: En el guión estaba muy marcado el desarrollo de los personajes. A la hora de ensayar, me gusta hablar con ellos, repasar el guión de cabo a rabo y darles ese margen de libertad que necesita todo actor, porque no todo tiene que ser tan riguroso. Con toda esa base, ellos aportaron cosas. Los ensayos son fundamentales, yo trabajo con ellos de una forma en la que necesito que me comprendan y eso se vio desde el principio. Javier Ríos tiene el personaje más difícil, tiene que cambiar mucho, dar muchos matices y era un riesgo bestial. Javier Ríos ya había hecho cosas como actor, pero necesitaba ese punto de desconocimiento del espectador. Es decir, la gente reconoce a Silvia Abascal y a Antonio Dechent, pero queríamos que el protagonista sacara una nueva mirada y precisamente esa mirada es lo que más me atrajo de él, la suavidad de sus movimientos, la forma de corresponder a los demás… Además, es un actor que escucha muy bien.
M.H.: ¿Tenías clara la elección de los actores?
J.E.M.: Estaban todos en los perfiles. Con Silvia (Abascal) y con Dechent estaba muy claro. Con Javier hicimos un casting muy exhaustivo y buscamos un rostro que tuviera la confianza de otros proyectos, pero al mismo tiempo que fuese nuevo, que transmitiera cosas distintas. Encontrar a Gabriel fue lo más complicado. Con Silvia y con Antonio Dechent fue muy fácil. Dechent es la entrega, el carácter, la pasión, el genio, es una fuerza de la naturaleza.
M.H.: Cuando hablábamos con el guionista, nos ha explicado cuáles eran sus referentes en el cine. ¿Cuáles son los tuyos?
J.E.M.: Yo me considero bastante cinéfilo en esas cosas, por lo que mis referentes son muchos. Yo no tengo una idea marcada de que el cine debe ser de una determinada manera, a mí me gustan muchas cosas. Los referentes los aplico en función de la historia que quiero contar. Para la forma de trabajar con los actores tengo unos referentes, para reflejar el toque intimista de la película tengo otros, pero no solo directores clásicos, sino también actuales. Son referencias que te ayudan para aclararte dentro del maremagnum que es llevar una película en la cabeza.
M.H.: ¿Tenías un público en mente cuando rodabas la película?
J.E.M.: Habíamos pensado en un público muy amplio, entendiendo como público, gente que quiere ver de todo. Estamos viendo que la película gusta mucho a las mujeres (risas), sobre todo después de haber pasado la película en el Festival de Cine de Sevilla. Pero solamente es una apreciación del público que hemos visto en los preestrenos, nosotros queríamos un público lo más amplio posible. La historia en sí habla de conceptos muy universales, habla de perdón, de amor, de esperanza, de música… temas que pueden llegar a cualquiera. Hay sencillez, cualquiera puede hacerse partícipe de la historia.
M.H.: ¿Sois conscientes al estrenar la película, que el cine no comercial, como Escuchando a Gabriel, debe luchar con otras grandes producciones de cine español en cartelera como El orfanato?
J.E.M.: Sí, hay que pensar en ello. Es una lucha que está ahí y ese es el juego, hay que aceptarlo, igual que hay que aceptar las críticas, sean buenas o malas. Somos conscientes de la película que tenemos entre manos y hasta donde podemos llegar. Que a partir de ahí, todo funciona mucho mejor, pues genial. Pero lógicamente no podemos competir con otros productos. Nosotros tenemos un perfil muy claro de la película, es una temática muy recogida, invernal, que apetece más para esta época. El tema es que ahora hay muchas películas españolas y nos hacemos daño unas o otras, aunque sean distintas entre sí, sobre todo a nivel de presencia mediática. Es una lástima, porque hay películas que pasan desapercibidas, esperemos que no sea nuestro caso (risas), y que merecen mucho más. Pero las cosas son así.
M.H: Hemos visto que en la película no hay demasiadas referencias temporales ni espaciales. Es decir, la historia podría ocurrir en cualquier época y en cualquier ciudad.
J.E.M.: Efectivamente, es una película de temas universales que queríamos descontextualizarlos para que fueran reconocibles en cualquier parte de España o incluso del mundo. Eso se hace quitando elementos modernos, no hay coches, no hay ordenadores, no hay señales de tráfico… Le dábamos ese toque de cuento, de magia. Queríamos que fuera accesible para todos y eso hay que tenerlo en cuenta en el vestuario, la forma de actuar… Con el presupuesto que teníamos hemos hecho la película que queríamos hacer.
C.P.B.: El hecho de que los protagonistas sean músicos hace que los diálogos no sean tan potentes como la carga emotiva que pueda tener la música.
J.E.M.: Exactamente, la música es como un actor principal. Queríamos que la música condujera a Sara y Gabriel. Gabriel conoce a Sara a través de la música, Sara se acerca a Gabriel cuando lo escucha tocar el piano… Incluso Carlos (Antonio Dechent) tiene su música, una ausencia de música, un silencio. Buscábamos la complejidad que tiene la música, saber cuándo hay que incluirla y cuando no.
M.H.: ¡Pues mucha suerte con el estreno, José Enrique!
J.E.M.: Esperemos (risas).
Manel Haro: ¿Cómo se gesta este proyecto?
José Enrique March: Nosotros tenemos una productora, que se llama Somnia Ars, y que la formamos tres personas, Natalie Martínez (productora), Maxi Valero (guionista) y yo. Los tres habíamos trabajados en otros proyectos anteriores y nos conocíamos mucho. Maxi tenía una idea para un guión y a partir de una primera versión, lo pone en común con nosotros y a partir de las siguientes versiones, trabajamos los tres perfilando cosas. A medida que íbamos hablando, Maxi Valero perfilaba la historia hasta quedar definida. Cuando ya teníamos esa versión, comenzamos la fase de financiación por nuestra propia productora y luego buscando coproducciones. Este proyecto salió relativamente rápido, porque desde la primera versión hasta que llegamos a rodar pasaron dos años y hasta estrenar otro año más, que es el tránsito normal de una película. Así que estamos muy contentos de estrenar Escuchando a Gabriel.
M.H.: ¿El resultado final de la película era el que os habías planteado al principio?
J.E.M.: Sí, nos planteamos ese resultado, porque queríamos hacer una película muy potente a nivel visual, con una música que estuviese a la altura, que los actores tuviesen todo lo que requerían los personajes… Sobre todo, queríamos hacer una película distinta, salirnos, en cierto modo, de los géneros habituales en España y ofrecer cosas nuevas. Es un drama romántico que está al límite de muchas cosas e intenta bordear el lado de la ternura hasta un nivel máximo, pero sabiendo que estamos en un género melodrama puro y duro.
Carola Pérez-Badua.: ¿Cómo fue el trabajo con los actores? ¿Hubo que darles muchas pautas?
J.E.M.: En el guión estaba muy marcado el desarrollo de los personajes. A la hora de ensayar, me gusta hablar con ellos, repasar el guión de cabo a rabo y darles ese margen de libertad que necesita todo actor, porque no todo tiene que ser tan riguroso. Con toda esa base, ellos aportaron cosas. Los ensayos son fundamentales, yo trabajo con ellos de una forma en la que necesito que me comprendan y eso se vio desde el principio. Javier Ríos tiene el personaje más difícil, tiene que cambiar mucho, dar muchos matices y era un riesgo bestial. Javier Ríos ya había hecho cosas como actor, pero necesitaba ese punto de desconocimiento del espectador. Es decir, la gente reconoce a Silvia Abascal y a Antonio Dechent, pero queríamos que el protagonista sacara una nueva mirada y precisamente esa mirada es lo que más me atrajo de él, la suavidad de sus movimientos, la forma de corresponder a los demás… Además, es un actor que escucha muy bien.
M.H.: ¿Tenías clara la elección de los actores?
J.E.M.: Estaban todos en los perfiles. Con Silvia (Abascal) y con Dechent estaba muy claro. Con Javier hicimos un casting muy exhaustivo y buscamos un rostro que tuviera la confianza de otros proyectos, pero al mismo tiempo que fuese nuevo, que transmitiera cosas distintas. Encontrar a Gabriel fue lo más complicado. Con Silvia y con Antonio Dechent fue muy fácil. Dechent es la entrega, el carácter, la pasión, el genio, es una fuerza de la naturaleza.
M.H.: Cuando hablábamos con el guionista, nos ha explicado cuáles eran sus referentes en el cine. ¿Cuáles son los tuyos?
J.E.M.: Yo me considero bastante cinéfilo en esas cosas, por lo que mis referentes son muchos. Yo no tengo una idea marcada de que el cine debe ser de una determinada manera, a mí me gustan muchas cosas. Los referentes los aplico en función de la historia que quiero contar. Para la forma de trabajar con los actores tengo unos referentes, para reflejar el toque intimista de la película tengo otros, pero no solo directores clásicos, sino también actuales. Son referencias que te ayudan para aclararte dentro del maremagnum que es llevar una película en la cabeza.
M.H.: ¿Tenías un público en mente cuando rodabas la película?
J.E.M.: Habíamos pensado en un público muy amplio, entendiendo como público, gente que quiere ver de todo. Estamos viendo que la película gusta mucho a las mujeres (risas), sobre todo después de haber pasado la película en el Festival de Cine de Sevilla. Pero solamente es una apreciación del público que hemos visto en los preestrenos, nosotros queríamos un público lo más amplio posible. La historia en sí habla de conceptos muy universales, habla de perdón, de amor, de esperanza, de música… temas que pueden llegar a cualquiera. Hay sencillez, cualquiera puede hacerse partícipe de la historia.
M.H.: ¿Sois conscientes al estrenar la película, que el cine no comercial, como Escuchando a Gabriel, debe luchar con otras grandes producciones de cine español en cartelera como El orfanato?
J.E.M.: Sí, hay que pensar en ello. Es una lucha que está ahí y ese es el juego, hay que aceptarlo, igual que hay que aceptar las críticas, sean buenas o malas. Somos conscientes de la película que tenemos entre manos y hasta donde podemos llegar. Que a partir de ahí, todo funciona mucho mejor, pues genial. Pero lógicamente no podemos competir con otros productos. Nosotros tenemos un perfil muy claro de la película, es una temática muy recogida, invernal, que apetece más para esta época. El tema es que ahora hay muchas películas españolas y nos hacemos daño unas o otras, aunque sean distintas entre sí, sobre todo a nivel de presencia mediática. Es una lástima, porque hay películas que pasan desapercibidas, esperemos que no sea nuestro caso (risas), y que merecen mucho más. Pero las cosas son así.
M.H: Hemos visto que en la película no hay demasiadas referencias temporales ni espaciales. Es decir, la historia podría ocurrir en cualquier época y en cualquier ciudad.
J.E.M.: Efectivamente, es una película de temas universales que queríamos descontextualizarlos para que fueran reconocibles en cualquier parte de España o incluso del mundo. Eso se hace quitando elementos modernos, no hay coches, no hay ordenadores, no hay señales de tráfico… Le dábamos ese toque de cuento, de magia. Queríamos que fuera accesible para todos y eso hay que tenerlo en cuenta en el vestuario, la forma de actuar… Con el presupuesto que teníamos hemos hecho la película que queríamos hacer.
C.P.B.: El hecho de que los protagonistas sean músicos hace que los diálogos no sean tan potentes como la carga emotiva que pueda tener la música.
J.E.M.: Exactamente, la música es como un actor principal. Queríamos que la música condujera a Sara y Gabriel. Gabriel conoce a Sara a través de la música, Sara se acerca a Gabriel cuando lo escucha tocar el piano… Incluso Carlos (Antonio Dechent) tiene su música, una ausencia de música, un silencio. Buscábamos la complejidad que tiene la música, saber cuándo hay que incluirla y cuando no.
M.H.: ¡Pues mucha suerte con el estreno, José Enrique!
J.E.M.: Esperemos (risas).
Entrevista de Manel Haro y Carola Pérez-Badua.
Fotografías de Manel Haro.
Reservados todos los derechos para Anika Cine Magazine.
0 comentarios:
Publicar un comentario