sábado, 22 de mayo de 2010

'Calle de la Estación, 120', Léo Malet

Calle de la Estación, 120
Léo Malet
Editorial Libros del Asteroide
1ª edición, 2010
2ª edición, 2010
Traducción de Luisa Feliu
Género: Novela negra
246 páginas
ISBN: 978-84-92663-14-9

Léo Malet es uno de los autores clásicos de la novela negra francesa, aunque en España sus obras llegan con cuentagotas. Hace más de veinte años Plaza & Janés publicó algunos de sus títulos, pero actualmente sólo pueden encontrarse en librerías de segunda mano. Malet perseguía un ambicioso proyecto que tituló Los nuevos misterios de París. Se trataba de veinte novelas que reflejaran el ambiente de cada uno de los distritos de la capital francesa. Sin embargo, se quedó a unas pocas entregas de culminar su deseo. Calle de la Estación, 120 es una de esas obras y es también la primera en la que aparece el detective Nestor Burna.

En esta primera aventura, Burna se encuentra retenido en un campo de concentración, mientras Francia está siendo invadida por el nazismo. Allí conoce a un preso que, al morir, le menciona el número 120 de la calle de la Estación de París. Burna no le da demasiada importancia hasta que al volver a casa, en la estación de Lyon, un antiguo colaborador de su agencia de detectives es tiroteado ante sus ojos. Antes de caer muerto, su colega le revela la misma dirección. Sorprendido, Burna empieza a investigar para averiguar qué relación hay entre las dos personas que le han hablado de esa calle y, sobre todo, saber si el asesinato de su amigo tiene algo que ver con la calle de la Estación, 120.

Esta novela tiene una parte buena y otra que para mí falla. La buena es la excelente recreación que hace de la París ocupada, una ciudad en la que sus habitantes tenían que responder a un sinfín de preguntas antes de iniciar cualquier movimiento o donde necesitaban un salvoconducto para transitar con cierta libertad a determinadas horas o por según qué zonas. Si tenemos en cuenta que la novela negra, además de crear una trama de suspense, sirve en muchos casos para hacer un retraro de la sociedad, entonces podemos decir que Calle de la Estación, 120 cumple con este cometido. Sin embargo, aquí viene la parte que falla, no estamos ante una novela negra bien resuelta.

Me explico: dijo una vez el autor Ian Ranking que si en la literatura es más importante lo verosímil que lo verídico, en la novela negra todavía más. El problema de Calle de la Estación, 120 es que este detective ata cabos tan a la ligera, que rápidamente la verosimilitud se va a pique. Cada sospecha que tiene Burna resulta ser el camino correcto y cualquier pista se vuelve determinante. Quizá por ser la primera novela negra de Malet, se nota que no es un autor hábil en el género, porque la forma que tiene de dar giros en la trama es poco honesta con el lector: no sabemos exactamente por qué llega a determinadas conclusiones y no posibilita que seamos parte activa de la lectura (simplemente leemos a la espera de que los hechos se sucedan). Quizá en las siguientes novelas protagonizadas por Burna, Malet demostrara ser un as del género negro, pero con Calle de la Estación, 120 todavía estaba a mitad de camino.

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