
Personalmente, recuerdo un par de películas que vi hace años, El rayo verde y El amor después del mediodía. La primera relataba la historia de Delphine (Marie Rivière), una chica que se siente sola y que no consigue encajar con nadie ni en ningún lugar. A última hora una amiga suspende el viaje que tenían planeado para el verano, por lo que intenta buscar otro sitio para pasar las vacaciones. No se atreve
a viajar sola y las opciones que sus amigos le ofrecen no acaban de convencerle. A todo sitio donde va, no aguanta más de un par de días. Delphine pide a gritos un poco de comprensión, ni siquiera ella misma es capaz de entender por qué se siente tan sola y por qué la relación con otros chicos no acaba de consolidarse.

En el caso de El amor después del mediodía, tenemos a Frédéric (Bernard Verley), un hombre que lo tiene todo para ser feliz: está casado con una mujer estupenda, tiene un par de hijos y un negocio que le va muy bien. Es un hombre aburguesado, correcto, educado, pero le cuesta frenar su deseo hacia las mujeres. Una de ellas, Chloé (Zouzou), regresa a
su vida después de muchos años y lo pone entre la espada y la pared. Chloé es una chica independiente, que rechaza los compromisos serios y dispuesta a entregarse a Frédéric. Pero éste mantiene una lucha consigo mismo para no perder el respeto ni la fidelidad a su esposa, aunque no pueda evitar soñar con caer en la tentación de Chloé.

Las películas de Rohmer reflejaban la lucha interna de los personajes, la cotidianeidad y, en definitiva, al vida de tantas personas. Hoy, por tanto, ha fallecido uno de los grandes directores del cine más realista francés.
1 comentarios:
Buen comienzo
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