Si en el cine de terror ya está todo inventado, lo que les queda a los directores es dotar a sus peliculas de un giro en la trama que los espectadores no esperen. Es lo que ocurre con La huérfana, dirigida por el español afincado en Hollywood Jaume Collet-Serra. El argumento está más que sobado: un matrimonio decide adoptar a una niña que, aparentemente es pura bondad y dulzura, pero a medida que avanza la película, empieza a mostrarse perversa y despiadada. Entonces, el caos y la desesperación se imponen en el hogar. Obviamente, hay aquel típico de que solamente la madre se da cuenta de lo que está pasando y su marido no la cree.
Hasta aquí, no hay nada nuevo. Sin embargo, el desenlace ofrece ese giro necesario para que el final no sea tan previsible como el desarrollo. La huérfana es una película bien construida, con una niña malísima que bien podría recordar a Rebecca De Mornay en La mano que mece la cuna. Aunque las situaciones ya nos suenen de otros filmes, el espectador disfrutará como si fuera el primero que ve de niños huérfanos y malévolos.
De momento, la película va aguantando en cartelera. El cine de terror tiene pegada y ya que cuesta tanto que salgan producciones americanas de este género dignas de mención, me gusta destacar cuando alguna es más que aceptable. Ésta lo es.
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