La autora sueca Camilla Läckberg participa estos días en la BCNegra, la semana especial dedicada a la novela negra que se celebra en Barcelona. Ha publicado ya siete novelas policiacas, aunque en España solamente han llegado tres (La princesa de hielo, Los gritos del pasado y Las hijas del frío). En unos meses aparecerá la cuarta entrega protagonizada por la escritora Erica Falck y Patrick Hedström.
Manel Haro. Barcelona (Texto y fotos)
Es usted un éxito de ventas dentro y fuera de Suecia. ¿Teniendo en cuenta que, además de escritora, es economista, junta esos dos ámbitos de su vida para tener más éxito en número de lectores?
Yo nunca he sido una economista de ir a una oficina y esperar hasta que mi jefe se vaya. Me interesa la economía, pero no como para estar atada a horarios. La profesión de escritora para mí es una mezcla entre ser artista y mujer de negocios. De mi profesión de economista utilizo mi experiencia en marketing y otros ámbitos para prever lo que puede gustar y saber vender más, claro.
Sin embargo, fue antes escritora que economista porque, aunque su primera novela la publicó en 2003, ya con cuatro años escribió un relato en que Papa Noel mataba a Mama Noel...
Siempre me ha fascinado el asesinato y el crimen para la literatura y ya desde pequeña me interesaban esos temas. Cuando mis amigos salían a jugar al fútbol, yo me quedaba escribiendo o leyendo las novelas de Agatha Christie de mi padre. A los once años las había leído prácticamente todas. Así que no es de extrañar que a los cuatro años escribiera un relato en el que Papa Noel matara a Mama Noel (ríe).
¿Por qué decide que sus protagonistas sean un policía y una escritora?
Hay demasiadas novelas de policías en Suecia y yo quería evitar que mi personaje protagonista fuese un policía. Pero luego te das cuenta de que es muy difícil que un civil, en este caso una escritora, pueda acceder a determinadas pruebas policiales; así que para ser rigurosos, decidí recurrir a un policía e hice que fuese la pareja sentimental de la escritora, Erica. Esto me daba mucho juego y la verdad es que estoy encantada de haberlo hecho así.
Sus tramas tienden a hacer un viaje al pasado para rastrear la vida del asesino. ¿Ve fundamental para una novela negra que el lector sepa qué ocurrió en el pasado del antagonista?
Sí, para mí es muy importante que el lector entienda en profundidad lo que siente y piensa el asesino y para eso hay que entender qué ha motivado que esa persona, en principio normal, se haya vuelto un asesino. Por ejemplo, cuando leemos una noticia de un crimen, no podemos saber qué sentía el asesino y cuáles eran los motivos reales para cometer el crimen. En la literatura, en cambio, sí podemos saberlo y entrar en la mente del asesino. Eso es un privilegio que encontramos en la novela negra.
En la novela negra, muchas veces el policía es una persona triste, divorciado o soltero, en ocasiones alcohólico, infeliz, gris... En cambio, en sus novelas, se aleja de este tipo de personaje.
A mí me interesaba que mis personajes fuesen personas normales. Patrick no es una persona extrovertida, es más bien tímido, pero es cercano y familiar. Quería escribir sobre personajes que no fuesen tópicos de la novela negra, no me interesaba un policía de mediana edad, amargado, que bebiese y escuchase ópera.
Parece que esté describiendo a Kurt Wallander, el policía de Henning Mankell... ¿No le gusta?
A mí me gusta Kurt Wallander, porque Henning Mankell fue de los primeros en crear este tipo de personaje. El problema es que muchos escritores han copiado demasiado este personaje y yo no quería hacerlo. En otras palabras, no quería escribir otro libro con una copia de Kurt Wallander, sino algo diferente. Hay que escribir sobre personajes propios.
Ha dicho usted varias veces que se siente influenciada por Agatha Christie. ¿En un futuro muy lejano se ve como una adorable ancianita escribiendo novela negra?
(Ríe) Escribir es mi pasión, es lo que realmente me gusta y seguiré escribiendo siempre. Lo que ocurre es que no hago planes de futuro y no sé por dónde irán mis libros. Una cosa sí que tengo clara y es que a partir de ahora voy a bajar un poco el ritmo y publicaré un año sí y uno no, porque creo que ya ha llegado el momento.
¿Por qué la novela negra recurre muchas veces a los abusos a menores, como es el caso de algunos de sus libros o incluso el de algún Stieg Larsson?
Supongo que los autores escribimos sobre nuestros temores. Yo, como madre de tres hijos, tengo miedo de que a ellos les pueda ocurrir algo, así que, inevitablemente, cuando escribo me salen esos miedos. Si viviese cerca de grandes bandas criminales, mis miedos serían otros.
Supongo que los autores escribimos sobre nuestros temores. Yo, como madre de tres hijos, tengo miedo de que a ellos les pueda ocurrir algo, así que, inevitablemente, cuando escribo me salen esos miedos. Si viviese cerca de grandes bandas criminales, mis miedos serían otros.
¿Es de las que piensan que los escritores tienen una importante responsabilidad social?
Sí, una novela puede tener más efecto que un artículo publicado en un diario. Stieg Larsson ayudó mucho a las mujeres con sus novelas, seguramente más de lo que hubiesen conseguido unos artículos en prensa. El Don Quijote, por ejemplo, encierra un mensaje político que caló hondo cuando se publicó y que no hubiese tenido tanto efecto de otra forma que no fuese la literatura.
¿Centrar sus novelas en el pueblo donde vive le provoca algún dolor de cabeza?
Sí, porque al ser Fjällbacka un pueblo pequeño, provoca que si en mi novela sale un borracho, inmediatamente buscan la persona real en la que me he inspirado; si sale un pelirrojo, entonces todos los pelirrojos del pueblo se ven reflejados... Y da igual que tú digas que no tiene nada que ver la realidad con la ficción.
¿No tiene la tentación de sacar sus novelas de Fjällbacka y llevarlas a una gran ciudad?
No, porque Fjällbacka es como un personaje más. Es difícil de explicar, pero ahí he crecido y Fjällbacka se convierte en algo muy importante para mí. No podría ser otro lugar, su atmósfera es insustituible.
¿Con tanta promoción que ha hecho de Fjällbacka, no le darán una calle?
¿Con tanta promoción que ha hecho de Fjällbacka, no le darán una calle?
No, porque en el pueblo sólo hay una plaza y se la ha llevado Ingrid Bergman (ríe). Lo que sí se hace en Fjällbacka son rutas literarias sobre mi novela. Asistí a una y vi que la guía decía dónde había puesto yo un cadáver. Entonces yo le intentaba corregir diciendo que pensaba que el cadáver estaba en otro lugar, pero ella me decía "no, era aquí". Y yo, "pues vale" (ríe).
¿Le resulta molesto que constantemente le pregunten sobre Stieg Larsson?
No, yo adoro los libros de Stieg Larsson, pero los asocio más con las aventuras de acción tipo Indiana Jones que con la novela negra. Ambos tenemos estilos muy diferentes. Larsson dedicó su vida a combatir las injusticias y vio que su mensaje tenía más efecto a través de la literatura y hay que reconocer que él ha abierto muchas puertas a la literatura sueca.
En breve llega a España su cuarta novela. ¿Qué nos adelanta?
Puedo decir que habrá un asesinato (ríe). Habrá un reallity show tipo Gran Hermano, porque yo veo mucha tele y no lo he podido evitar. A partir de aquí, dejo el resto como un misterio...
1 comentarios:
Buena entrevista, sencilla pero reveladora del pefil de lo que es una autora de éxito. Enhorabuena.
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