miércoles, 19 de mayo de 2010

Tallín, un tesoro medieval

Había leído en la guía de viajes que Tallín brillaba sobre todo por su pasado medieval. La capital de Estonia cuenta con incontables huellas del medievo que indudablemente han sabido ser aprovechadas para explotarlas de cara al turismo. El centro histórico está cercado por una muralla, que encierra los edificios más interesantes de ver. El más atractivo, para mí, es el ayuntamiento, una construcción de estilo gótico (siglos XIV-XV), que se impone en el centro de la plaza Raekoja, la principal de la ciudad. Si se quiere echar una mirada desde lo alto de su torre, por unos 3 euros se tiene la oportunidad de subir por una estrechísima escalera para captar la belleza de Tallín. Eso sí, si al turista le gustan las buenas vistas, es mejor subir a la torre de la iglesia de San Olaf, cuya altura supera los 120 metros y los 250 escalones. Ambas torres, por cierto, eran utilizadas por el KGB para vigilar la ciudad.

En poco espacio, es fácil encontrarse con diferentes construcciones medievales (monasterio, murallas, torres...) e incluso con gastronomía medieval. En el mismo edificio del ayuntamiento, al lado de la entrada a la torre, un pequeño local ofrece vino, sopa o pan relleno de carne.

A pocos metros, el restaurante Olde Hansa apuesta por recetas puramente medievales de diferentes puntos de Europa y del mundo árabe (por ejemplo, uno puede tomar una cerveza a la miel mientras degusta carne a la cerveza con arroz o bien carne con higos en salsa). Realmente vale la pena esta restaurante, que, a menos que uno pida el filete de oso (unos 50 euros), no resulta caro. Los camareros, por cierto, van vestidos de campesinos y no es raro ver cruzar el comedor a misteriosos encapuchados con largas vestiduras oscuras.

Tallín es una ciudad que vale la pena, sobre todo si al turista le fascina lo medieval (de vez en cuando es fácil encontrarse con carros que venden almendras garrapiñadas, escuchar música del medievo por las calles o practicar tiro con arco en algún foso cerca de las murallas). Interesante centro histórico como interesante es su imponente iglesia ortodoxa cerca del Parlamento. No lo duden, anoten Tallín entre los imprescindibles para sus futuros viajes. No se arrepentirán.

Fotos: Manel Haro ©

3 comentarios:

Teresa Muñoz dijo...

sí que sembla molt turístic, sí... pero és bonic...

Patricia Tena dijo...

qué fotos tan bonitas! qué interesante

Dolors dijo...

Tallin em va encantar!!! Quina ciutat més bonica!