martes, 27 de octubre de 2009

'Asesinos sin rostro', Henning Mankell

Asesinos sin rostro
Henning Mankell
Trad. de M. Mansten y Amanda Monjonell
Editorial Tusquets
Colección Andanzas, 431
1ª edición, febrero de 2001
Género: Novela negra
310 páginas
ISBN: 978-84-8310-159-9

Ahora que la editorial Tusquets ha publicado la última novela de Henning Mankell protagonizada por el policía Kurt Wallander (El hombre inquieto), me ha parecido interesante recuperar la primera de la saga en la que aparece este personaje. Se trata de Asesinos sin rostro (Tusquets), donde Wallander debe enfrentarse a un doble asesinato en una casa de una zona rural de Suecia. Aunque a priori no hay pistas demasiado esclarecedoras, Wallander tendrá que esforzarse para descubrir quien anda detrás de estas muertes y hacerlo lo más rápido posible, ya que alguien ha filtrado que el asesino podría ser un extranjero y un grupo xenófobo ha empezado a actuar por su cuenta.

Esta obra demuestra varias cosas. En primer lugar, que ya había novela negra en el país escandinavo mucho antes de la fiebre Stieg Larsson. En segundo lugar, que eso de sacar los trapos sucios de Suecia a través de la literatura no es cosa de ahora, sino que hace años ya se producía. Asesinos sin rostro fue escrita en 1991, pero no fue hasta diez años después cuando Tusquets la publicó. Varias entregas sobre Wallander después, Mankell ha decidido dar carpetazo final a su personaje estrella.

A pesar de la fama de esta saga, debo decir que esta primera entrega me ha parecido algo floja. La trama es bastante superficial, no hay una investigación muy profunda ni grandes complicaciones. Los giros que deben sorprender al lector no son para echar cohetes y además el autor deja demasiado margen a la casualidad (algo imperdonable en la novela negra).

Asesinos sin rostro es una novela correcta, aunque para mi gusto demasiado sencilla. Tiene el gancho de esos fríos paisajes suecos y unos personajes deprimentes que concuerdan con el espacio en el que se desarrolla la trama. Pero insisto: a la historia le falta complejidad para dar pie al lector a que se confunda de vez en cuando y sorprenderle con un potente final que no acaba de producirse.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. La resolución del crimen me dejó enfadada. No creo en tanta casualidad. Además, la investigación resulta lenta... Me quedo con Stieg Larsson!
Anna