jueves, 13 de agosto de 2009

'Leviatán', Paul Auster

Leviatán
Paul Auster
Traducción de Maribel de Juan
Editorial Anagrama
Colección Compactos
1ª edición, septiembre de 1993
Género: Novela
269 páginas
ISBN: 978-84-339-6645-2

Poco espera Peter Aaron que el FBI venga a su casa para preguntarle por el cadáver que han encontrado en una carretera de Wisconsin, después de que le explotara una bomba en las manos. Pero ese cuerpo es el de su amigo Benjamin Sachs, escritor como él, que tiempo atrás decidió dedicar su vida a intentar cambiar el rumbo de América. Hacía ya unas cuantas semanas que Peter estaba escribiendo la biografía de su colega para que algún día se supiera toda la verdad. La auténtica verdad.

Algunos de los lectores fieles de Paul Auster tienden a asegurar que sus últimas novelas no son tan buenas como las primeras. Yo solamente soy lector itinerante, éste es el segundo libro que leo de autor, por lo que no puedo sostener grandes tesis sobre su obra. Lo que sí puedo afirmar es que lo que he leído de él me gusta.

Leviatán es la historia de Benjamin Sachs, un tipo algo desubicado que no acaba de encontrar su lugar en el mundo. Tiene ataques de frustración, a veces incluso suicidas, pero no acaba de tomar una decisión definitiva sobre sí mismo. Sin embargo, todo cambia cuando el azar le hace dar un giro a su vida. A partir de entonces, Sachs decide renunciar a su futuro por el de su país.

La historia contrapone la literatura y el compromiso político. Sachs es un idealista, un inconformista, mientras que Peter Aaron podría encarnar la parte contraria. Aaron acepta su destino, tiende a dejarse llevar con facilidad por las circunstancias (elige la literatura). Sachs, en el fondo, está intentando evitar que el mundo caiga en esa actitud (se queda con el compromiso político). Por esa razón, la amistad entre ambos resulta extraña.

Paul Auster ha escrito una novela de personajes potentes con una historia llena de fuerza y con algún que otro golpe a la moral de los patriotas de su país. Cuando en 2006 recogió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, concluyó su discurso con esta frase: "Me he pasado la vida entablando conversación con gente que nunca he visto, con personas que jamás conoceré, y así espero seguir hasta el día en que exhale mi último aliento". Que así sea.

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