Mario Escobar
Editorial La Factoría de Ideas
1ª edición, 2008
Género: Thriller / Histórica
352 Páginas
ISBN: 978-84-9800-404-5
Vuelven a la carga la tripleta formada por Hércules, Alicia y Lincoln. En esta ocasión, se encuentran en un viaje por Egipto, cuando descubren que Yamile, una mujer escapada de un harén de Estambul, está siendo atacada por misteriosos hombres encapuchados. Yamile les explica a Hércules y compañía que tiene la intención de adentrarse en el corazón de África para llevar un extraño diamante al lugar al que pertenece, para cumplir así una promesa con un esclavo que estaba a sus servicios. El trío de aventureros decide acompañarla ante la peligrosidad del viaje, sin saber que se enfrentan a un oscuro secreto ambicionado durante siglos y, peor aún, tendrán que luchar contra los sanguinarios Assassini, que van detrás del diamante.
Mario Escobar es un escritor hiperproductivo, no es raro encontrar un par de novelas suyas en las librerías en tan sólo un año. El pasado 2008 sacó Sol rojo sobre Hiroshima (Inédita Ediciones) y El secreto de los Assassini (La Factoría de Ideas).
Su primera novela, Conspiración Maine (Ediciones Nowtilus), tuvo el reconocimiento de los lectores, que le dieron el segundo puesto en el ranking de Casa del Libro como mejor novela del verano. El mesías ario (La Factoría de Ideas), su siguiente obra, fue una novela muy superior a la primera. Sin embargo, creo que Mario Escobar ha bajado sensiblemente el listón con El secreto de los Assassini. Uno tiene la sensación de que esta última novela no va a satisfacer a tantos lectores como sus anteriores obras.
En primer lugar, la trama no me resulta tan atractiva como en sus anteriores novelas; a uno le cuesta engancharse, quizá sea porque el autor ha dado demasiado juego a lo irreal, a los fenómenos fantásticos y ha dejado un poco más de lado el género puramente histórico. Si el lector es un apasionado de este tipo de argumentos, donde los personajes codician los poderes de la eterna juventud de antiguos dioses, sin duda disfrutará con El secreto de los Assassini. Pero si es el lector que se enfrenta a esta novela es más exigente con lo verosímil (aquello de “no pasó, pero me creo que pudo haber pasado”), en ese caso, se sentirá, seguramente, perdido.
En segundo lugar, creo que los caracteres de los personajes son demasiado volubles. Tan pronto vemos a Alicia luchando contra un batallón y salir indemne, como que la vemos renunciar al amor por una cuestión de tabúes sociales. A uno le surge la pregunta: ¿no era Alicia perseverante en sus deseos? Además, Hércules se niega a acompañar a Yamile en su periplo, pero no tarda ni cinco líneas en cambiar de opinión. Son pequeños detalles que hacen que los personajes se deshinchen.
En tercer lugar, hay demasiada ambientación histórica, largos pasajes donde se narra la situación entre armenios y turcos, que van deteniendo el ritmo de la novela. Mario es un experto en entretener a los lectores, quizá debió pensar si era necesario dar tantos detalles sobre esta situación.
En cuarto lugar, Mario ha dado demasiado margen a la casualidad: por ejemplo, ejércitos y altos cargos militares que aparecen en el momento oportuno y que se ponen al servicio de este trío de personajes (Hércules, Alicia y Lincoln) casi a ciegas en plena Guerra Mundial. Todo esto me impiden que vea verosímil la novela.
No quiero decir con todo esto que El secreto de los Assassini sea una mala novela, sino que creo que Mario Escobar no ha sido tan exigente consigo mismo porque, sin duda, podría haberlo hecho mejor. Intuyo que muchos lectores notarán un giro radical con esta novela (a algunos les gustará y a otros no tanto). Mi confianza en Mario, no obstante, sigue patente.
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