Primer largometraje de Nacho Vigalondo, que en 2003 fue nominado al Oscar por su cortometraje 7:35 de la mañana. Los cronocrímenes (2007) relata una rara historia de viajes en el tiempo y de crímenes, como se puede interpretar por el título. Héctor, un hombre que acaba de instalarse en su nueva casa con su esposa, llega a un laboratorio cuando es perseguido por un extraño tipo con la cara vendada. En ese centro experimental se trabaja con un prototipo que puede transportar a las personas en el tiempo. Héctor, asustado y desconcertado ante la presencia de su perseguidor, no duda en ocultarse en el interior de la máquina, sin saber de los peligros que corre al hacerlo. Cuando se da cuenta de lo que acaba de ocurrirle, ya es demasiado tarde para volver atrás.
De este largometraje hay que remarcar un aspecto muy bueno y otro muy malo. El bueno es que el guión es genial, brillante, sorprendente. Vigalondo -que ha escrito y dirigido la película- ha demostrado con Los cronocrímenes una extraordinaria capacidad para escribir guiones retorcidos donde ningún cabo queda suelto; hasta el más mínimo detalle tiene sentido en la película. En el filme se riza el rizo hasta el extremo; se dan tantas vueltas de tuerca, que parece que en cualquier momento la película se va a venir abajo. Pero no, Vigalondo consigue mantener al espectador atento a la pantalla con una historia que, aunque dentro de los márgenes de lo fantástico, resulta bastante creíble.
De este largometraje hay que remarcar un aspecto muy bueno y otro muy malo. El bueno es que el guión es genial, brillante, sorprendente. Vigalondo -que ha escrito y dirigido la película- ha demostrado con Los cronocrímenes una extraordinaria capacidad para escribir guiones retorcidos donde ningún cabo queda suelto; hasta el más mínimo detalle tiene sentido en la película. En el filme se riza el rizo hasta el extremo; se dan tantas vueltas de tuerca, que parece que en cualquier momento la película se va a venir abajo. Pero no, Vigalondo consigue mantener al espectador atento a la pantalla con una historia que, aunque dentro de los márgenes de lo fantástico, resulta bastante creíble.
Lo malo es que no se puede ceder todo el peso de la película a un actor protagonista como Karra Elejalde, que en esta película tiene una actuación bastante mediocre. Si el filme en algún momento corre el riesgo de tropezar es por culpa de la interpretación de Elejalde. Ya desde el principio, vemos a un actor sobreactuado, con un tono y unos gestos que ayudan muy poco a crear esa atmósfera de tensión que requiere la película. Es un papel difícil, porque el mismo actor debe interpretar diferentes personalidades y Elejalde no sabe desenvolverse bien en él. La interpretación en Los cronocrímenes es sumamente importante, sobre todo cuando el reparto se limita a cuatro actores. Incluso el propio Vigalondo, que aparece en la película, hace un mejor trabajo que el protagonista.
Como primer largometraje, Nacho Vigalondo ha sabido resolver con bastante acierto un guión brillante y complejo con una dirección más que correcta. Teniendo en cuenta lo difícil que lo tuvo para encontrar distribuidora para su película a pesar del éxito de la proyección en festivales como el de Sitges, Vigalondo ha sabido aprovechar la oportunidad que le brindó la nominación al Oscar en 2003 para empezar una prometedora carrera como director de largometrajes.
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